Alan Turing es conocido por muchos como el padre de la computación moderna, pero su legado tecnológico va más allá de la creación de la máquina de Turing y su trabajo pionero en la inteligencia artificial.

Turing también hizo contribuciones significativas al campo de la criptografía, un área de la informática que se ocupa de la seguridad de la información y la comunicación.

Repasemos un poco de la vida de esta figura.

Tiempos de guerra

Durante la Segunda Guerra Mundial, Turing fue instrumental en la descodificación de los mensajes encriptados de la máquina Enigma utilizada por los nazis para enviar mensajes secretos.

En 1941, Turing se unió a un equipo en Bletchley Park, un centro de descifrado británico, y lideró un grupo que trabajó en la creación de una máquina llamada "Bomba" que podía descifrar los mensajes Enigma. La Bomba permitió a los aliados interceptar y leer las comunicaciones nazis, lo que fue clave para la victoria en la guerra.

Después de la guerra, Turing continuó trabajando en el campo de la criptografía y propuso el concepto de lo que hoy conocemos como la "máquina de Turing universal", que se convirtió en la base teórica para la creación de las computadoras modernas.

Además, Turing también propuso el uso de números aleatorios para generar claves de cifrado más seguras, un concepto que aún se utiliza en la actualidad.

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Contribuciones en la ciberseguridad

La importancia de las contribuciones de Turing a la criptografía y la ciberseguridad son innegables.

Hoy en día, la tecnología de la información está en el centro de nuestras vidas y es esencial para la seguridad de nuestra información personal y financiera. La criptografía es un pilar fundamental de la seguridad informática y se utiliza para proteger la información transmitida a través de internet y otros medios digitales.

Los métodos y técnicas de encriptación desarrollados por Turing y otros pioneros de la criptografía son esenciales para proteger la información en línea, como las contraseñas, los números de tarjetas de crédito y otra información confidencial.

También son fundamentales para la seguridad de la comunicación gubernamental y militar, así como para la protección de secretos comerciales y datos confidenciales.

Perseguido injustamente

Con 40 años él había abierto el campo de la Inteligencia Artificial pero en 1952, en la cumbre de su carrera científica, fue arrestado y condenado por mantener relaciones homosexuales. También se le denegó acceso a las instalaciones de Bletchley Park, el centro criptográfico del Reino Unido, en el que Turing trabajó durante la II Guerra Mundial.

Para evitar ir a la cárcel, eligió someterse a un tratamiento para invertir sus impulsos naturales, aún sabiendo que no era algo lógico. Dos años más tarde de iniciar esa supuesta cura por castración química, Alan Turing tomó una decisión mucho más compleja, para la que sus genes no lo habían programado: se suicidó, el 7 de junio de 1954.

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Un legado a prueba de estigmas sociales

En resumen, el legado tecnológico de Alan Turing en la criptografía y la ciberseguridad es fundamental para nuestra vida diaria en la era digital.

Sus contribuciones y avances en la tecnología de la información han permitido una mayor seguridad en la transmisión de información y han allanado el camino para la creación de las computadoras modernas.