Pertenecer a una red social se ha vuelto habitual, compartir lo que hacemos y pensamos también. Muchas veces no somos conscientes de qué repercusiones acarrean nuestras acciones en redes sociales. Ciertamente, estas nos conectan y nos permiten crear lazos o comunidades con personas que quizá nunca conoceremos. Pero, ¿hemos pensado qué tanto estoy compartiendo y para qué? Lo analizamos a través del concepto de Oversharing.

Hoy el Oversharing (compartir demasiada información en redes sociales), se ha normalizado, y quizá los más afectados pueden ser los menores de edad. Aunque las personas adultas también podrían ponerse en peligro por difundir datos personales que no son necesarios para el público.

Oversharing, una forma de ceder la privacidad

Si alguna persona sabe mucho de ti, y tú ni siquiera la conoces, probablemente no es culpa de alguna de alguna red social ni de un detective; posiblemente, la responsabilidad sea tuya. Sí, por la información en demasía que compartes en tus redes sociales. El Oversharing consiste en exponer datos confidenciales que otras personas con malas intenciones podrían usar contra ti.

Aunque los riesgos en Internet son muchos, ponerlo más fácil o complicado, depende mucho de nosotros. Cosas sencillas como compartir fotos, ubicación de los sitios visitados, familiares, lugar de trabajo, etc. pueden parecer acciones que todo el mundo hace, pero que pueden suponer una amenaza o peligro para la vida física, psicológica o hasta material de la persona.

¿Cuándo es demasiada información? Cuando nos hacemos un blanco fácil. Por ejemplo, si vamos a una fiesta y posteamos cada detalle de esa actividad, desde cuando salimos hasta cuando estamos en el sitio y el dónde está ubicado, damos información más que suficiente para que un criminal sepa cómo llegar a nosotros o incluso, aprovechar que no estamos en casa para hurtar nuestro hogar, si quedase solo.

¿Qué promueve el Oversharing?

A veces, compartir mucho sobre nosotros puede ser una forma de romper el hielo y se ha normalizado que lo hagamos en redes sociales. Pero este tipo de acciones siempre deben hacerse con precaución y no asumir que nadie está viendo o que esa persona en particular con quien estamos hablando en ‘privado’ sea de confianza. Entonces, podría decirse que el Oversharing tiene distintas razones y mayormente son sociales.

Las redes sociales alientan a que compartamos nuestra vida diaria, pero no estamos obligados a hacerlo. Siempre es una decisión propia y podemos limitar qué tanto compartimos. Lo que puede provocar que queramos compartir todo lo que hacemos es precisamente ver que otros lo hacen. Esto puede darnos una sensación de que su vida es mejor y la nuestra es aburrida.

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Aunque quizá no son el canal más adecuado, también hemos usado las redes sociales como un desahogo de nuestras frustraciones o estrés. Por la voz que nos da Internet y también por la aprobación u opinión que recibimos de la comunidad digital.

Y tal vez, lo que muchos jóvenes hoy anhelan es ser escuchados o tener la atención del público. Tener la atención de otros puede generar que compartamos más información de la necesaria, solo por obtener unos minutos de “fama”.

Peligros del Oversharing en redes sociales

Creemos que algunos peligros no los corremos nosotros, que solo les pasan a otras personas, por eso es fácil hacer clic en “compartir”. Pero ¿sabemos qué riesgos existen por Oversharing?

Robo o allanamiento: Cuando compartimos fotos de los lugares que visitamos, a donde vamos, nuestros planes del día, estamos regalando información fácil que pueden usar los criminales. Las imágenes no son seguras, porque contienen metadatos (que incluyen la posición geográfica en términos de longitud y latitud) que puede usarse para rastrear.

Reduce las posibilidades de empleo: Una nueva tendencia cada vez más normalizada, es la de los empleadores que revisan nuestros perfiles en las redes antes de contratarnos, con la intención de encontrar alguna mancha que pueda hablar mal de nosotros. Por ello, nuestra reputación online pasa a ser tan importante como la offline.

Robo de identidad: Con tanta información y fotos nuestras que están a un solo clic, fácilmente cualquiera puede tomarlas y armar una identidad falsa usando nuestros datos. Incluso venderla en la web oscura. No estamos exentos de nada de eso, por ello es mejor prevenir.

Cómo protegerse del Oversharing

Acá algunas recomendaciones:

1. Nunca publiques tu número de teléfono: No sabes quién podría contactar más adelante a través de él y hacerse pasar por otra persona para seguir recabando información.
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2. No compartas tu ubicación: Según la configuración de la red social en cuestión, es posible que esa información se esté compartiendo con miles de personas a las que estás dando acceso directo a conocer dónde vives.
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3. No difundas tus planes: No conviene que compartas dónde vas a estar en un momento determinado o con quién te vas a reunir, igual que no le hablarías a un desconocido por la calle de tus planes.
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4. No subas fotos que te muestren como alguien que no eres: A día de hoy es de lo más frecuente que echen un vistazo a las redes sociales antes de concretar una entrevista de trabajo, por lo que no conviene que se hagan una idea equivocada de quién eres.
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5. No hagas comentarios que nunca harías en la vida real: Internet lo registra todo, y esos comentarios de cuando eras adolescente y que decididamente no compartes en el presente pueden perjudicarte en un entorno laboral o social.
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Por último, como consejo para todos, siempre debemos pensar antes de actuar, así mismo funciona con las redes: nos detenemos y analizamos la información que vamos a compartir. Hay que tener en cuenta que las redes sociales pueden ser hackeadas y toda nuestra información privada caerá en manos indeseadas. Al final, todo eso es nuestra responsabilidad y debemos asumir sus consecuencias.