Los hechos ocurridos recientemente con la caída de WhatsApp, Facebook e Instagram hicieron mover al mundo y reflexionar qué tan vital se han vuelto estas plataformas para muchas empresas y personas. Sin duda, las redes sociales se han convertido en un centro de entretenimiento, negocio y medio de comunicación.
Pero ¿qué pasa cuando estas tres indispensables plataformas pertenecen a un mismo grupo? Como pudimos darnos cuenta, un fallo en la configuración del enrutamiento BGP, puede hacer que un tercio del mundo se sienta (quede) desconectado. Y esto no solo derivó en pérdidas financieras para sus dueños, sino en la de muchas otras empresas y personas cuyos servicios dependen de las redes sociales para funcionar correctamente.
¿Cuáles son las redes sociales con mayores filtraciones de datos?
El mercado depende mucho de las redes sociales
Si seis horas de apagón de estas plataformas generó algunas pérdidas económicas, podemos hacer idea de cuán amenazante es depender de ellas parcial o totalmente. Por ejemplo, la caída de WhatsApp interrumpió la concreción de ventas de pequeñas empresas y emprendimientos.
Facebook es un gigante tecnológico y aun así sufrió una caída mundial, repercutiendo además en sus aliados WhatsApp e Instagram. ¿Qué significa esto? Que la monopolización digital tiene sus riesgos. Y no hablamos solo del ámbito financiero sino de algo también importante: los datos y la privacidad de los usuarios.
Los datos y la privacidad no están seguros
Mucha gente desconoce y poca se atreve a leer las condiciones que aplican al crear una cuenta en Facebook, por ejemplo. Aunque este gigante digital ha dejado claro que no vende datos a los anunciantes, no hace mucho se descubrió que dejó a la consultora política Cambridge Analytica recolectar información de casi 90 millones de internautas.
Mark Zuckerberg ante el hecho prometió aumentar la inversión en seguridad. Pero ¿realmente se puede garantizar la seguridad de los datos que posee Facebook? Si ya vimos lo que puede ocurrir con un simple fallo en la red, es difícil creer que una filtración de datos no pueda ocurrir en cualquier momento.
En particulares casos, los riesgos del almacenamiento digital de datos pueden justificar los riesgos, por ejemplo en servicios de salud o bancas. Sin embargo, en la mayoría de los casos, lo más seguro es limitar la recolección de datos antes que confiar en su protección.
Quizá, una solución sería poner límites legales a estos monopolios digitales para que solo puedan reunir una cantidad limitada de datos personales y así proteger a los usuarios.
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Otras alternativas a Facebook, WhatsApp e Instagram
El apagón de estas plataformas, permitió ver una realidad a muchas empresas y personas: su dependencia a estas redes sociales. Por lo que algunos ya están considerando unirse a nuevos medios de comunicación y formas de concretar ventas, crear sitios web o reforzarlos.
¿Hay alternativas a estas plataformas? Las hay, pero la gente suele consumir lo que la mayoría utiliza. Y está de más decir, que Facebook, Instagram y WhatsApp se han ganado su puesto, aunque posiblemente su reputación ahora está en duda.
Por otro lado, un efecto también visible por la caída de este monopolio digital, fue las fallas en otros sitios, debido a una sobrecarga de tráfico web que las plataformas no están acostumbradas. Por ejemplo Telegram, quien tuvo descargas masivas en unas pocas horas. Lo mismo ocurrió con Twitter, quien reportó problemas debido a la masividad de los usuarios que lo usaron como alternativa de comunicación.
El monopolio digital posiblemente tenga sus beneficios tanto para los usuarios como para sus ejecutivos. Más es importante sopesar qué tan ventajoso es en comparación con sus riesgos a escala económica y personal.